Todo indica que el Gobierno decidió readecuar su carpeta de prioridades y optó por poner sus fichas en la reforma a las pensiones que se tramita en el Congreso, en lugar de focalizarse en el proyecto de flexibilidad laboral que rebaja a 41 horas promedio la jornada semanal de trabajo.
Según informó Radio Cooperativa, el ministro de Trabajo Nicolás Monckeberg señaló tras una reunión con dirigentes sindicales, representantes de federaciones y diversas empresas que “queremos hacer un debate serio. Yo le puedo asegurar que el Gobierno está disponible para trabajar mucho más que 40 horas para que el proyecto de pensiones sea realidad este año y para que las pensiones mejoren el 1 de enero. Estamos dispuestos a sesionar de lunes a viernes, todas las veces que sean necesarias”.
De hecho, el Gobierno se comprometió el 8 de agosto a presentar una indicación, donde establecían las 41 horas promedio, pero han pasado dos semanas y no hay luces de que eso se vaya a concretar.
El desgaste del Ejecutivo
El Gobierno ha sufrido un fuerte desgaste. En el empresariado la propuesta del Gobierno no convence, al punto que la CPC está articulando una contrapropuesta y en las mismas filas de Chile Vamos se asumió que hubo fallas comunicaciones y políticas que obligaron al ministro Monckeberg a desplegar esfuerzos para tratar de convencerlos.
En la oposición destacan el fuerte respaldo ciudadano del proyecto de Camila Vallejo, el cual incluso se ha posicionado como tema de la prensa internacional, como el reportaje de Bloomberg que esta semana destacó como la expresidenta de la Fech junto a Karol Cariola le están marcando la agenda al Gobierno.
Desde este sector han cuestionado con todo el manejo del Ejecutivo. Según el exsenador DC Ignacio Walker, el Gobierno de Piñera “sufrió una crisis de pánico” con el proyecto de Camila Vallejo y el exministro de Michelle Bachelet, Máximo Pacheco, que el Gobierno se ha visto “confundido y enervado” en este debate.(EL MOSTRADOR)